"La gestión de recursos hídricos en la agricultura del siglo XXI"

Patricia Terrero, Responsable de Innovación de Sacyr Agua

El agua es un recurso valioso y muy escaso. La sequía y los efectos del cambio climático amenazan a una gran parte de la población mundial (800 millones de personas no tienen acceso a agua potable y 3.600 millones no tienen saneamiento), y generan asimismo catástrofes como inundaciones y lluvias torrenciales.

Por otro lado, el crecimiento de la población mundial va a hacer necesario doblar la producción de alimentos antes de 2050, de acuerdo con Naciones Unidas, siendo la agricultura el mayor consumidor de recursos hídricos a nivel mundial (70%). 

En esta situación de escasez de agua se hace necesaria la búsqueda de otros recursos hídricos, como los llamados ‘no convencionales’ (desalación y reutilización), para satisfacer las crecientes demandas de la población y de la producción de alimentos. 

Mientras que el uso del agua desalada para la agricultura es una actividad prácticamente irrelevante a nivel mundial, no representando más del 2% del total de los usos, España es una rareza en este sentido, siendo el país de mayor utilización para esta aplicación, con valores superiores al 21%. 

En España, el déficit hídrico estructural ha llevado a los agricultores del levante español a contar con la desalación como parte de sus recursos de agua, integrando aguas superficiales procedentes de trasvases, aguas subterráneas, agua reutilizada y agua desalada (salobre y de mar), obteniendo además así un precio razonable gracias a la mezcla de todos estos aportes. Además, los altos retornos de inversión de los cultivos de invernadero, altamente tecnificados con productos fuera de temporada, hacen que el coste del agua desalada sea asumible dentro de los costes de producción para este sector de productos de alta calidad. Debemos destacar asimismo que está demostrado (en proyectos de investigación como el LIFE Deseacrop, de Sacyr Agua) que el uso del agua desalada para la agricultura incrementa la productividad y la calidad de los productos.  

Igualmente, la reutilización de recursos hídricos, permite volver a aprovechar el agua una vez que ha sido empleada en los usos municipales, industriales o agrícolas. Para poder ofrecer este segundo uso al agua es necesario aplicar un tratamiento adicional al tratamiento convencional de depuración (conocido como tratamiento terciario), que puede ser más o menos complejo según la calidad de agua depurada y el uso para el que vaya a ser utilizada. 

La reutilización permite una gestión más sostenible del agua, ya que incrementa los recursos disponibles, reduce el efecto negativo de la descarga de agua residual a las masas de agua y permite reducir la presión sobre los recursos superficiales y subterráneos y aún es más positivo cuando se realiza en zonas del litoral con estrés hídrico ya que libera caudales que de otra manera se perderían al verterse en el mar. 

Para poder incorporar este recurso a la planificación hidrológica hay que tener en cuenta varios aspectos importantes; el marco legal aplicable, la reducción o eliminación de los riesgos a la salud mediante la regulación y las mejores prácticas y tecnologías, el precio debe ser competitivo incluyendo el transporte hasta el usuario final y, además, debe contar con la aceptación consciente de los usuarios finales por medio de una comunicación adecuada. 

Es de destacar que España es el 5º país a nivel mundial y el primero de Europa en capacidad instalada de desalación, siendo además el país europeo con mayor capacidad de reutilización de aguas residuales, por lo que contamos con una gran experiencia tecnológica y de aplicación de estos recursos a la agricultura. 

Debemos mencionar que la Unión Europea publicó en 2020 un nuevo reglamento de reutilización de aguas depuradas para la agricultura que entra en vigor el próximo mes de junio y que va a obligar a algunas mejoras en algunas instalaciones, sobre todo en cuanto a desinfección. 

Como reciente novedad, el pasado 11 de mayo de 2023, el gobierno de España a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) publicó una nota de prensa sobre un nuevo Real Decreto que se publicó al día siguiente sobre nuevas medidas contra la sequía, y cuyo resumen es el siguiente: 

  • El conjunto de medidas suma 2.200 millones de euros.
  • Se incluyen exenciones de tasas e impuestos para agricultores afectados por la sequía.
  • Se modifica la ley de aguas para incrementar el uso de agua regenerada y pasar de los actuales 400 Hm3/año a 1.000 Hm3/año en 2027. 
  • Se incluyen inversiones en descarbonización (plantas fotovoltaicas).
  • Se acelera la construcción de nuevas desaladoras (Tordera II, Costa del Sol y Levante Almeriense).
  • Se hacen importantes inversiones en nuevos grandes tratamientos terciarios en plantas tales como Rincón de León y Monte Orgegia en Alicante.

Adicionalmente, estaban ya aprobadas las ampliaciones de las dos desaladoras más grandes de España y de Europa; Águilas y Torrevieja, cuya licitación probablemente salga este año, así como la publicación de un nuevo PERTE de digitalización del sector del agua para la agricultura. Igualmente, algunas regiones como Murcia o la Comunidad Valenciana han anunciado reducciones de impuestos adicionales para el agua desalada para la agricultura. 

Todos estos logros de tecnología y suministro de agua por medio de recursos no convencionales no serían posibles sin el desarrollo de la innovación en nuestras empresas, administraciones y centros de investigación, también líderes a nivel mundial en el sector del agua.

La innovación es una herramienta esencial en el desarrollo de estas tecnologías: las nuevas tendencias en innovación en agua van orientadas siempre hacia el incremento de la sostenibilidad, como la recuperación de componentes de valor de aguas residuales o salmueras (brine mining), la economía circular, el incremento de la eficiencia y el uso de energías renovables o la transformación digital. 

En este sentido, el proyecto SOS-AGUA-XXI, ‘Sostenibilidad, Agua y Agricultura en el siglo XXI’, es un ejemplo de desarrollo de tecnologías para el futuro de la agricultura, incluyendo aspectos de calidad de los recursos hídricos, transformación digital y recuperación de nutrientes, etc. 

Proyecto SOS-AGUA-XXI

El proyecto SOS-AGUA-XXI es un gran proyecto de investigación con un presupuesto de 6 millones de euros financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) dentro de la convocatoria Misiones 2021 con los fondos europeos ‘Next Generation’, con el objetivo de desarrollar la agricultura del siglo XXI. El proyecto tiene un plazo de ejecución del año 2021 al 2024 y lo desarrolla un consorcio formado por las empresas Sacyr Agua, Valoriza Servicios Ambientales, Regenera, Bosonit, Tepro, Fora forest technologies, Aeromedia y Aquadvise y un grupo de universidades y centros de investigación (Universidad de Alicante, Universidad de Alcalá de Henares, Universidad Politécnica de Cartagena y la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (AICIA)).  

El objetivo general del proyecto SOS-AGUA-XXI es el de investigar soluciones tecnológicas que teniendo como máximo exponente la sostenibilidad y la eficiencia energética de los procesos propuestos, permitan desarrollar estrategias de gestión y tratamiento eficiente de recursos hídricos para el sector de la agricultura.  

Desarrollo de la agricultura del siglo XXI (35 tareas, distribuidas en seis líneas de investigación) 

  1. Digitalización e incorporación de nuevas tecnologías a la agricultura del siglo XXI. 
  2. Mejoras en la calidad del agua y el uso de los recursos no convencionales para el riego agrícola (entre otros, detección y tratamiento de compuestos de preocupación emergente en aguas reutilizadas, detección y reducción de boro en aguas desaladas, nuevos sistemas de desinfección, búsqueda de cultivos más resistentes a la salinidad y uso de drones aéreos y submarinos) 
  3. Recuperación de nutrientes y compuestos de interés de distintos tipos de aguas (recuperación de nutrientes de distintos tipos de aguas con microalgas, recuperación de sales de salmueras (brine mining) y aguas residuales, producción de hidrógeno verde con aguas regeneradas, etc.) 
  4. Estudios económicos y ambientales integrados (realización de balances hídricos en la zona de estudio, economía y aspectos ambientales de las medidas propuestas y cómo afectan al proyecto, eficiencia energética, cálculo de huella hídrica y de CO2 e impacto socioeconómico) 

Es de destacar la importancia de la transformación digital en el presente proyecto. La línea de digitalización incluye tareas tales como: 

  • Modelos predictivos de agua y energía.
  • Modelos predictivos de eventos climatológicos extremos y como afectan a las infraestructuras.
  • Diseño de modelos de regadío basados en nuevas tecnologías.
  • Uso de drones aéreos y submarinos.
  • Gemelos digitales.
  • Así como aplicación de distintos modelos a las distintas tareas del proyecto (microalgas, compuestos de preocupación emergente, etc.).  

En conclusión, el proyecto SOS-AGUA pretende desarrollar la agricultura del siglo XXI. Eficiente en el uso de los recursos hídricos y energéticos de forma sostenible y resiliente, y las claves que sustentan el proyecto son: 

  • La promoción del uso de recursos no convencionales (desalación y reutilización).
  • La digitalización e incorporación de las nuevas tecnologías.
  • El incremento de la calidad del agua y de la recuperación de subproductos promoviendo la economía circular.
  • Promover soluciones sostenibles, económica, social y medioambientalmente.  
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