El futuro del sector agroalimentario en nuestro país pasa por el regadío moderno y sostenible. El regadío es, sin duda, la “joya de la corona” de la agricultura española, ya que se encuentra a la vanguardia en innovación, sostenibilidad, digitalización y uso de aguas no convencionales, así como por su capacidad de generar valor añadido y empleo. Pero, sobre todo, es imprescindible para abastecer a la ciudadanía de alimentos sanos, seguros y de calidad a precios razonables.
En lo que llevamos de siglo XXI, el importe de la producción agrícola española se ha incrementado en un 36 % gracias, especialmente, al impulso del regadío, que en España supone alrededor del 23 % de la superficie cultivada, con 3,8 millones de hectáreas y genera dos terceras partes del valor de la producción vegetal. Además, consigue multiplicar por seis la productividad agrícola, aumentar hasta cuatro veces la renta de los agricultores y triplicar las tasas de empleo del sector.
Todo este potencial ya consagrado adquiere una relevancia todavía mayor en la situación actual, donde cuestiones como la despoblación y, sobre todo, el cambio climático, van a marcar el devenir de los próximos años. Las precipitaciones son cada vez más irregulares e incluso escasas, lo que ocasionará una reducción de entre el 12 y el 40 por ciento de los recursos hídricos disponibles antes de final de siglo.
Este escenario obliga a actuar y modernizar la gestión del agua en la agricultura para lograr un uso adecuado y eficiente ante la incuestionable falta de disponibilidad en el futuro más próximo.
Para ello, la reutilización y tratamiento de aguas, el uso de energías renovables, la digitalización y tecnología de riego son los mejores instrumentos para abordar la situación. España es líder internacional en el desarrollo de estas cuestiones e incluso llega a exportar algunas de sus estructuras de trabajo.
En un contexto de crisis global de seguridad alimentaria que es debido, en parte, al cambio climático, el regadío eficiente y sostenible es el mayor garante de la producción de alimentos.
Además, en el caso concreto de España con más de la mitad de la superficie regada de tipo localizado, los regadíos juegan un papel imprescindible en la lucha contra la despoblación. Por lo tanto, el impulso del regadío sostenible está en línea con las políticas europeas enmarcadas en el Pacto Verde y en las estrategias que más afectan a la agricultura, como “De la granja a la mesa” y “Biodiversidad”. Para poder cumplir con estos objetivos, es necesario impulsar una serie de inversiones, que nuestro país ya está llevando a cabo.
El camino hacia la sostenibilidad de los regadíos
El regadío debe ser sostenible desde tres puntos de vista: económico, social y medioambiental. En este contexto, desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación apostamos por el regadío sostenible para garantizar el uso eficiente del agua, de la energía, y de otros insumos (fertilizantes, fitosanitarios, etc.), minimizando así el impacto sobre los recursos naturales.
Para ello, el Gobierno tiene prevista una inversión de 2.130 millones de euros durante el período 2021-2027; se trata del volumen económico más cuantioso del siglo actual, que será destinado a actuaciones de regadíos sostenibles, triplicando el volumen medio anual de inversiones de los últimos años. Dentro de este desembolso está incluido el ‘Plan para la mejora de la eficiencia y sostenibilidad en regadíos’, al que se ha destinado más de la mitad del presupuesto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que gestiona el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (componente nº 3). Se trata de 563 millones de euros de inversión pública que se completarán con las aportaciones de las comunidades de regantes hasta superar los 700 millones, cifra con la que se pondrán en marcha más de 80 actuaciones. Además, está previsto incrementar este volumen de inversión con fondos adicionales del plan de recuperación vinculados al PERTE Agroalimentario.
En la ejecución de obras de regadíos, la Administración General del Estado se circunscribe a zonas declaradas de interés general por la normativa nacional. Para estos fondos destinados al ‘Plan para la mejora de la eficiencia y sostenibilidad en regadíos’, en el marco del PRTR, las infraestructuras han sido seleccionada de entre las presentadas por las comunidades autónomas. Las actuaciones propuestas por estas últimas se han clasificado en diferentes grupos, según la tipología predominante en la modernización: uso de aguas no convencionales (regeneradas o desalinizadas en vez de superficiales o subterráneas), sustitución de energías de fuentes fósiles por energías renovables (especialmente fotovoltaica), empleo de bombeo por cota natural o balsas de cota para lograr eficiencia energética e hídrica, apuesta por nuevas tecnologías y digitalización, modernización con energías renovables a través de componentes eléctricos y modernización tradicional.
Además, este ministerio llevará a cabo inversiones cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) y programadas en el marco de la nueva Política Agraria Común 2023-2027, contribuyendo al objetivo específico del Plan Estratégico de la PAC (PEPAC) de “promover el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de recursos naturales, tales como el agua, el suelo y el aire”. En el marco de este plan estratégico de la PAC, está previsto que el ministerio ejecute infraestructuras de modernización de regadíos adicionales.
En cuanto a tipología de inversiones, hay que señalar que ejecutamos también las inversiones ordinarias en transformación de regadíos financiadas por el ministerio dentro de los Presupuestos Generales del Estado, que alcanzan los 419 millones de euros, así como aquellas encomendadas a la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA) que ascienden a casi 500 millones, dentro del convenio clásico que tiene el ministerio con esta sociedad mercantil estatal y que van más allá de los fondos vinculados al plan de recuperación, transformación y resiliencia.
Gracias a todos estos fondos, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pretende modernizar más de 200.000 hectáreas de regadíos, como primera modernización, y actuar sobre otras 500.000 hectáreas ya modernizadas en el pasado, pero que requieren de mejoras, aplicando allí las últimas y más modernas tecnologías (segundas y terceras modernizaciones). Estas actuaciones garantizarán un ahorro de agua de, al menos, el 10 % respecto a la situación actual, con un uso más eficiente de la energía. Todo ello avala el compromiso político y económico del Gobierno de España para alcanzar el propósito principal del programa: un sistema de regadío sostenible.
Otras actuaciones de innovación y desarrollo para el sector agroalimentario
Sin embargo, la actuación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en materia de regadíos abarca más ejes. Entre todos ellos destaca el apoyo al emprendimiento y desarrollo de nuevos modelos de negocio dentro del sector agroalimentario y el medio rural, ya que muchas de sus empresas actúan como catalizador en materia de regadíos gracias a su conocimiento y experiencia.
Asimismo, es preciso reseñar la fortaleza del sector agrotech y de las PYMES y startups españolas, pues muchas de ellas están dedicadas no sólo a proporcionar soluciones a los retos que debe encarar el regadío en nuestro país, sino también a generar valor añadido y actividad económica por sí mismas. De hecho, el ministerio continúa trabajando en la línea Agroinnpulso para favorecer el acceso al crédito a PYMES agroalimentarias en la promoción y consolidación de sus modelos de negocio con base tecnológica. En este aspecto, la Ley de Startups aprobada recientemente, ofrece ventajas y oportunidades para estas empresas emergentes, ya que tiene muy en cuenta la realidad diferenciada del medio rural.
Por otro lado, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación va a poner en marcha a lo largo de los próximos meses un Digital Innovation Hub. Se trata de un centro de innovación digital dedicado al sector agroalimentario, ubicado en San Fernando de Henares (Madrid), cuya actividad en primera instancia abordará asuntos vinculados a la tecnología de regadíos y la eficiencia del agua. Además, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está inmerso en el desarrollo de espacios de datos sectoriales agroalimentarios, en colaboración con la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Su puesta en marcha permitirá compartir de forma segura información relevante para los agricultores y regantes de toda España, tomar decisiones innovadoras basadas en el Big Data y, al mismo tiempo, ampliar el ámbito de aplicación del sistema SIEX y del sistema de información agroclimática para los regantes (SiAR).
Con el fin de alcanzar estos objetivos, la formación y la adquisición de competencias en esta materia resulta fundamental. En consecuencia, el ministerio ha desarrollado diversas iniciativas en materia de aprendizaje, asesoramiento y adquisición de capacidades. Una de estas medidas es el Centro de Competencias Digitales, cuya actividad comenzó en 2021 con la colaboración de la Universidad de Córdoba y la Universidad Politécnica de Madrid. Su labor es dar acceso a formación especializada a través de cursos gratuitos relacionados con la transformación digital del sector agroalimentario. Desde el inicio de esta iniciativa se han ofertado 40 plazas cada año en un curso dedicado, precisamente, al riego de precisión y la gestión eficiente del agua. Algunas de sus temáticas son de suma relevancia, como el manejo de datos climáticos y cálculo de necesidades, la aplicación de la inteligencia artificial para la predicción de la demanda de agua y la gestión del riego, el uso de sensores ambientales y de cultivo o la tecnología de unidades de riego a presión para aplicaciones uniformes.
En el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación trabajamos con el convencimiento de que un regadío moderno contribuye a un futuro mejor.
El regadío sostenible es la base del futuro de las producciones agrarias en nuestro país, a través de sistemas eficientes y de precisión que permitan el ahorro de agua e incorporen energías alternativas.
En este escenario, el Gobierno de España, seguirá apostando por unos regadíos más eficientes, digitales e innovadores que incorporen las mejores técnicas y tecnologías disponibles, que permitan su adaptación al cambio climático, contribuyan a reducir el consumo de insumos de estos sistemas de producción y fijen población y generación de riqueza en el medio rural.