"El regadío, un aliado imprescindible para una gestión sostenible del agua"

Andrés del Campo, presidente de Fenacore

FENACORE

El regadío es uno de los pilares fundamentales del sistema agroalimentario y del desarrollo rural en nuestro país. La gestión sostenible del agua y las nuevas tecnologías aplicadas a este objetivo son prioritarias para los regantes y en FENACORE estamos plenamente comprometidos con estos objetivos desde hace décadas.  

Desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) representamos a 700.000 regantes y, prácticamente, a dos millones de hectáreas, es decir, más del 80% del regadío. Nuestro sector es hoy un referente, un ejemplo de modernización en todo el país y reconocido también fuera de nuestras fronteras. Somos un aliado imprescindible para avanzar hacia una gestión sostenible del agua.  

España cuenta con uno de los modelos más competitivos y reconocidos en el ámbito internacional. A estas alturas, ya nadie duda de que la gestión sostenible de los recursos hídricos es capital para atender las necesidades alimentarias con máxima seguridad y promover el desarrollo sostenible.  

La propia definición del desarrollo sostenible nos impone dos condicionantes: satisfacer las necesidades alimentarias de la generación actual y utilizar unos medios de producción poco agresivos con los recursos naturales para no deteriorar el medio ambiente y garantizar la subsistencia de las generaciones futuras. 

Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), basados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, lo dejan muy claro.  Y la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) está firmemente comprometida con estos 17 Objetivos, que podemos agrupar en dos grandes bloques que nos tocan de lleno.  

El primero de ellos, relacionado con el aumento del nivel de vida y el bienestar de las personas, pasa por eliminar la pobreza y el hambre, así como por mejorar la salud y el acceso al agua y la energía de toda la población mundial creciente. 

Y el segundo es el vinculado a la mejora de la naturaleza y del medio ambiente, así como a la mitigación de los efectos del cambio climático. 

No podemos olvidar que, en todo este contexto, el regadío resulta una actividad capital y hay que responder al previsible incremento sobre la gestión de la disponibilidad de los recursos con una gestión sostenible, como venimos haciendo desde hace años.  

Es, además, esencial para vertebrar el territorio y fijar población al medio rural. Y los beneficios medioambientales son fundamentales: previene la erosión del suelo, consume CO2 y contribuye a la preservación de la biodiversidad. 

Para cubrir las necesidades crecientes de alimentos, hace falta un incremento del agua disponible para riego. Y frente a la escasez, que se agrava en periodos de sequía como el actual, resulta imprescindible buscar recursos alternativos y complementarios a los convencionales.  

Una situación dramática

En nuestro país, afrontamos en la actualidad un momento muy complicado por la sequía. En estos momentos, los cultivos de secano (cereales, oleaginosas…etc.) de la mitad sur peninsular ya están perdidos, sin prácticamente cosecha. En cuanto a los de regadío, hay cuencas como la del Guadalquivir, con una dotación de 700 m3/ha, que sólo da para regar poco más de 1 de cada 10 hectáreas y lleva al sector a una ruina completa. 

En el caso de las Cuencas Internas de Cataluña, y en zonas del Ebro, la coyuntura es igual de desastrosa, mientras que en las cuencas del Guadiana y Segura también se van a enfrentar a restricciones importantes en el riego. En el resto de las cuencas, el contexto está empeorando y todo ello se agravará por la previsión de ausencia de lluvias para las próximas semanas. 

En este sentido, los agricultores de regadío reclamamos medidas tanto coyunturales, que ayuden a paliar los graves impactos que causan la sequía en los cultivos, como estructurales, destinadas a prevenir y a hacer más resiliente al sector frente a la sequía. 

En FENACORE pensamos que, ahora más que nunca, necesitamos un Pacto del Estado por el Agua, como una de las medidas estructurales necesarias para luchar contra la sequía y evitar el encarecimiento de los alimentos, que continúan marcando máximos históricos.

Pero, además, proponemos una batería de actuaciones urgentes y necesarias, en el marco de un Plan de acción coordinado que el Gobierno debe poner en marcha para contener los precios y garantizar la producción de alimentos.  

Es importante destacar que el regadío es el motor que alimenta el mundo y, si el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, la viabilidad de un gran número de cultivos correrá un serio peligro por la falta generalizada de agua. Las pérdidas van a ser históricas para los agricultores y la ciudadanía sufrirá una escalada de precios sin precedentes en los últimos años.  

Desde Fenacore, representamos a un sector vital para la economía, el empleo y el desarrollo rural. Garantizamos un abastecimiento seguro y somos un referente, gracias a un gran esfuerzo y a una inversión de millones de euros en modernización impulsada desde hace décadas.  

El reto de avanzar hacia una gestión sostenible y eficiente de nuestro recurso más preciado, base para la vida, la alimentación y la sostenibilidad del planeta, nos une a todos. Hemos demostrado con creces que somos un ejemplo y un aliado imprescindible.  

Por todas estas razones y gracias a nuestros resultados en la gestión del agua  nos posicionamos como un actor de primer orden. Y necesitamos hacer oír nuestra voz. No solo porque hemos acreditado un modelo exitoso, sino porque hablamos de un imperativo ético que nos vincula y nos compromete con las próximas generaciones y con nuestro futuro como país.  

Elliot Cloud

Las caras del agua

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