"Después de la pandemia, todas las administraciones se han volcado en la digitalización para facilitar el desarrollo de los trabajos a distancia”

Francisco Javier Sánchez, subdirector general de Protección de las Aguas y Gestión de Riesgos de la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

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Dirección General del Agua

Francisco Javier Sánchez Martínez es subdirector general de Protección de las Aguas y Gestión de Riesgos de la Dirección General del Agua, organismo que se encuentra dentro de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Tras acabar los estudios de Ingeniero Técnico Forestal, Ingeniero Técnico de Obras Públicas y Licenciado en Ciencias Ambientales, y aprobar las oposiciones, primero, en el Cuerpo de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas y, después, en la Escala de Técnicos Facultativos Superiores del Ministerio de Medio Ambiente, empezó a trabajar como funcionario para el Ministerio de Medio Ambiente, siempre relacionado con temas digitales, como los Sistemas de Información Geográfica.

Fue uno de los primeros pioneros de la Dirección General del Agua en trabajar con Sistema de Información Geográfica (SIG), realizando, por ejemplo, el inventario de presas y su relación con el geoportal en 2001. Ha trabajado en cuestiones relativas a seguridad de presas, cartografía de zonas inundables y en la implementación del sistema nacional de cartografía de zonas inundables (SNCZI). Con la última reestructuración del Ministerio, en la cual la Dirección General del Agua pasó a ostentar las competencias de hidrología y gestión de los Sistemas Automáticos de Información Hidrológica (SAIH), por lo que administran toda la digitalización de carácter público no urbano del ciclo del agua. Por toda esta trayectoria y experiencia, su director, Teodoro Estrela, confió en ellos para la concepción, organización y gestión del PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua.

¿Desde cuándo existe la Dirección General del Agua? Y, ¿cuántos profesionales trabajan en ella?

En realidad, existe desde que se conformaron los Ministerios, primero se denominó Dirección General de Obras Hidráulicas, después se bautizó como Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas y, posteriormente, Dirección General del Agua, en la que trabajan entre 150 y 200 funcionarios.

¿Desde cuándo se trabaja con Sistemas de Información Geográfica en el MITECO?

Se empieza a trabajar con información geográfica desde el año 1998, cuando se adquieren las primeras licencias de ArcInfo, publicando el primer geoportal 2000. Hoy se trabaja tanto con ArcGIS como con QGIS.

¿Qué competencias ostenta ante las confederaciones?

Si bien las confederaciones son entes autónomos, gran parte de las actuaciones se consensuan con ellas, y la Dirección General del Agua es la que financia las actuaciones y los planes hidrológicos, así como planifica y coordina con las confederaciones estas acciones.

¿Qué significa para la Dirección General del Agua la digitalización?

Significa conocimiento y transparencia.

Por ejemplo, el primer caso de éxito de digitalización fue la publicación del anuario de aforos en 1911, con el gran avance que supuso para tener la información disponible de manera inmediata para cualquier usuario los caudales circulantes en los ríos de España.

¿Cuál es el estado actual de la digitalización del sector del agua en España? ¿Cómo ha sido esta digitalización? ¿Es homogénea? ¿Dónde y por qué hay diferencias en el sector?

El estado es irregular. No todas las áreas y territorios se encuentran al mismo nivel. Cada territorio y las distintas administraciones han ido evolucionando poco a poco, de manera heterogénea en función del presupuesto, problemáticas, inquietudes de cada organismo, alcanzando una serie de hitos naturales y asimétricos en cada región.

Por ejemplo, en el norte de España, la digitalización ha avanzado tradicionalmente más en los vertidos de aguas residuales, dado que sufren problemas en ese sentido, por la gran cantidad de recursos hídricos que había antes del impacto del cambio climático, mientras que en el sur ha avanzado más en la parte de abastecimiento y el recurso de agua limpia, debido a su escasez.

Cada región por tanto va a invertir más esfuerzos en aquellas partes del ciclo del agua donde les hace más falta, en base a sus exigencias particulares.

“El factor principal, que ha favorecido la digitalización, ha sido la posibilidad de trabajar y telegestionar desde casa muchos ámbitos territoriales sin necesidad de desplazarse”

¿Cuáles son los mayores beneficios de la digitalización?

El primero es la transparencia. El segundo es el ahorro. Pues todo lo que no se mide, no se contabiliza y no se valora. Cuando conocemos lo que estamos gastando, automáticamente, se empieza a ahorrar, lo cual resulta muy relevante en lo que respecta al agua.

¿Qué dificultades hay para el progreso en dicho sentido?

En las administraciones es complicado el cambio, principalmente, en el modelo de contratación por los frenos internos que tiene la administración, ya que estábamos acostumbrados a licitar un proyecto, acabarlo y recibirlo. Por tanto, cambian los modelos, la estructura informática interior, que se debe adaptar, mientras que ahora hay que irse a la nube, no sirven los servidores actuales, y, por tanto, se cambia la forma de contratar, lo cual aumenta el rozamiento interno.

Y exteriormente, la contratación en sí, que resulta distinta, al contratar una tecnología o un servicio durante años, y no es el tipo de servicio que se licitaba, por lo que resulta complicado de explicar a los interventores, por ejemplo, o a los responsables de los sistemas informáticos, con nuevos conocimientos que hay que incorporar; a esto se le une la falta de personal, ya que los profesionales que ostentan el conocimiento tienen mucho trabajo y hay cierto colapso en sus actividades.

¿De qué manera pueden apoyar las instituciones esta digitalización? ¿Es el PERTE un acicate adecuado para esta transformación digital?

Pues con multitud de proyectos, como el PERTE del ciclo del agua, que está favoreciendo a todos los niveles la digitalización. En realidad, después de la pandemia, todas las administraciones se están volcando en la digitalización para facilitar el desarrollo de los trabajos a distancia.

¿Cuáles han sido los factores externos que han favorecido esta digitalización?

El principal factor ha sido la posibilidad de trabajar y telegestionar desde casa muchos ámbitos territoriales sin necesidad de desplazarse. Además, la posibilidad de poder operar una infraestructura desde un puesto sin tener que estar ahí, hace que sea una herramienta enormemente útil, rompe con las barreras y las fronteras y es lo más parecido que hay a la teletransportación. Se dan las circunstancias para la transformación y el ahorro.

“Todos deberíamos tener la aplicación del agua en el móvil y que sea una herramienta que nos permita distinguir entre aquellos usuarios que gestionan bien el agua y los que aún no lo hacen, premiando a aquellos que sí lo hacen”

¿Qué prevé la Dirección General del Agua en el futuro de la digitalización del ciclo del agua?

Vamos a procurar trabajar todo lo posible en que a través del conocimiento del ciclo del agua se promuevan los cuidados de este recurso y se mejore su gestión. Que se conozca todo lo que ocurre en el agua, desde la captación en ríos y acuíferos, el aprovechamiento en la ciudad, los vertidos en tiempo real, con datos de volumen, caudal, características y calidad, días de lluvia, lo que se ha recogido en los sistemas de drenaje, lo que se ha depurado y aliviado al medio, los caudales circulantes de todos los cauces en una única web centralizada en tiempo real, conexión con AEMET para tener previsiones estacionales y de la semana. En el ámbito de regadío se facilitará a todos los regantes información acerca del recurso que tienen, lo que están empleando, así como sobre el exceso de nitrógeno, fósforo y plaguicidas vertidos al medio, y en el de las industrias, para que tengan mayores garantías acerca de la calidad del agua que van a captar.

Queremos un modelo de gestión plenamente del siglo XXI, por lo que el plan debe ayudar a que el mayor número de usuarios del agua estén de verdad en este siglo, dado que la gestión del ciclo del agua no ha llegado a todos por igual.

En los smartphones nos falta la aplicación del agua, que es la que no tenemos aún. Deberíamos poder tener el ciclo urbano, los consumos del agua de nuestra casa y que llegue a los grandes operadores, así como que esté disponible para los usuarios del regadío, y titulares de su uso.

Todos deberíamos tener esta aplicación en el móvil y que sea una herramienta que nos permita distinguir entre aquellos usuarios que gestionan bien el agua y los que aún no lo hacen. Premiando a aquellos que sí lo hacen.

Se trata de una idea muy holística e inclusiva, para que todos podamos participar en el ciclo del agua acorde a nuestras capacidades y responsabilidad individual o corporativa.

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